Enfermedad Mental y Deterioro Cognitivo en Centros Residenciales

Al llegar a la tercera edad, todos deberíamos poder gozar completamente de esa etapa. Un aspecto que contribuye notablemente a lograr ese disfrute es poder continuar viviendo en el mismo sitio en el que hemos acumulado nuestros recuerdos. Probablemente este es uno de los factores más importantes para garantizar una vida plena.

En nuestra sociedad existe una gama cada vez más amplia de recursos y servicios específicos para atender a las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Los recursos sociales son una herramienta de ayuda que permiten a las personas con necesidades de cuidados y a sus familiares sobrellevar mejor el proceso de la enfermedad.  Por supuesto no existen soluciones mágicas ni perfectas, dichos recursos van a facilitar resolver algunos de los problemas con los que se encuentran los usuarios y cada paso será una mejora para la calidad tanto de la persona usuaria como de la de sus familiares. 

El papel de los profesionales del centro residencial es dar un servicio destinado a potenciar la autonomía personal de las personas usuarias para facilitar el desempeño de sus actividades de la vida diaria. La finalidad, es evitar situaciones de desarraigo y desintegración social de los usuarios y usuarias favoreciendo que la persona siga manteniendo su autonomía el mayor tiempo posible.

Aquellas personas mayores que requieran cuidados especiales por parte de cuidadores informales o profesionales, deben tener garantizados los servicios necesarios para que puedan vivir de la forma más digna posible, en su casa, siempre que sea posible, y cuando no lo sea, en una institución convenientemente atendida por profesionales bien formados.